Rule #2: you can't crush on your sworn enemy (The rules of love 2) - Anne-Marie Meyer
Él era mi enemigo, pero mi corazón tenía otras ideas.
Vivo bajo tres reglas.:
Uno: Nunca bajar de una A en ninguna clase.
Dos: Nunca perder una carrera campo traviesa.
Tres: Nunca hablar con Cade Kelley.
Bueno, pues la número tres se fue por la ventana en el momento en que el director Connell me pidió que guiara a Cade de vuelta hacia el camino correcto. Algo sobre ayudarlo a cambiar su vida. Si tan solo el director Connell conociera nuestra historia, entendería que es lo que está pidiendo. Pero tengo una necesidad incesante de complacer a todos los adultos, así que por supuesto digo que sí.
Cuando Cade también parece complacido, no puedo evitar preguntarme si esto es parte de algún plan. Uno que ha elaborado para acabar conmigo de una vez por todas. Aparentemente, lo que hizo en secundaria no fue suficiente.
Justo cuando creo que ya tengo todo resuelto, mi vida se sale de control. De repente, los adultos apestan, especialmente los padres, y complacerlos se vuelve lo último que quiero hacer. Lo que me confunde aún más es que en el momento en que decido huir, la primera persona hacia la que voy es al chico que juré nunca me acercaría. Afortunadamente, el Cade que he descubierto no me hará daño porque estoy muy cerca de romperme.
Mil gracias a BE y MD!
Vivo bajo tres reglas.:
Uno: Nunca bajar de una A en ninguna clase.
Dos: Nunca perder una carrera campo traviesa.
Tres: Nunca hablar con Cade Kelley.
Bueno, pues la número tres se fue por la ventana en el momento en que el director Connell me pidió que guiara a Cade de vuelta hacia el camino correcto. Algo sobre ayudarlo a cambiar su vida. Si tan solo el director Connell conociera nuestra historia, entendería que es lo que está pidiendo. Pero tengo una necesidad incesante de complacer a todos los adultos, así que por supuesto digo que sí.
Cuando Cade también parece complacido, no puedo evitar preguntarme si esto es parte de algún plan. Uno que ha elaborado para acabar conmigo de una vez por todas. Aparentemente, lo que hizo en secundaria no fue suficiente.
Justo cuando creo que ya tengo todo resuelto, mi vida se sale de control. De repente, los adultos apestan, especialmente los padres, y complacerlos se vuelve lo último que quiero hacer. Lo que me confunde aún más es que en el momento en que decido huir, la primera persona hacia la que voy es al chico que juré nunca me acercaría. Afortunadamente, el Cade que he descubierto no me hará daño porque estoy muy cerca de romperme.
Mil gracias a BE y MD!
Rule #1: you can't date the coach's daughter (The rules of love 1) - Anne-Marie Meyer
Hay dos tipos de personas en secundaria: aquellas con las que puedes tener una cita y con las que no. Desafortunadamente para mí, yo soy de las últimas. A pesar de que estoy rodeada de calientes jugadores de fútbol cada tarde, ellos no tienen permitido salir conmigo. Si se acercan para flirtear, mi padre, el entrenador Davis, o como ellos lo llaman “El Jefe”, los hace correr por el campo hasta que vomiten. Y nada asusta más a un chico que la amenaza del dolor físico.
No solo me ha prohibido salir con nadie, si no que también me ha convertido en la chica del agua del equipo para así poder vigilarme. Aparentemente, el papel de padre sobreprotector es un disuasivo fabuloso. Las tiendas deberían encontrar la manera de embotellarlo y venderlo. Sería un éxito. Seguro.
Lo que papá no sabe es que me paso cada segundo de esas dos maravillosas horas de práctica bajo el abrasador calor de California mirando a Tyson Blake. Él es el epítome de la perfección en un cuerpo de uno noventa de estatura, increíblemente tonificado y que huele bien incluso cuando suda. Y cuando sonríe, los ángeles cantan. Literalmente. Y papá lo odia.
Parece un cliché decir que me enamoré del tipo que haría que le suba la presión arterial al nivel superior de papá. Pero es la verdad. Hay algo en Tyson. Algo que está tratando de ocultar. Pero puedo ver a través de su personaje engreído y sé que hay algo más.
Mil gracias a BE y MD!
No solo me ha prohibido salir con nadie, si no que también me ha convertido en la chica del agua del equipo para así poder vigilarme. Aparentemente, el papel de padre sobreprotector es un disuasivo fabuloso. Las tiendas deberían encontrar la manera de embotellarlo y venderlo. Sería un éxito. Seguro.
Lo que papá no sabe es que me paso cada segundo de esas dos maravillosas horas de práctica bajo el abrasador calor de California mirando a Tyson Blake. Él es el epítome de la perfección en un cuerpo de uno noventa de estatura, increíblemente tonificado y que huele bien incluso cuando suda. Y cuando sonríe, los ángeles cantan. Literalmente. Y papá lo odia.
Parece un cliché decir que me enamoré del tipo que haría que le suba la presión arterial al nivel superior de papá. Pero es la verdad. Hay algo en Tyson. Algo que está tratando de ocultar. Pero puedo ver a través de su personaje engreído y sé que hay algo más.
Mil gracias a BE y MD!
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