The bearly tamed grizzly (Bear clan 3) - Jenika Snow
Oli.
No la conocía, ni sabía que aspecto tenia, ni dónde estaba, pero sabía que mi compañera estaba ahí fuera. Y fue esa certeza la que me hizo guardarme para ella. Solo para ella. Si no podía entregarme por completo a mi pareja predestinada, ¿qué clase de hombre digno era yo entonces?
Pero quedarme en la ciudad, escondido en lo profundo del bosque, no me acercaría a mi compañera.
Tuve que ir a buscarla.
Tuve que hacerla mía.
India.
Como antigua niña de orfanato, nunca tuve una familia real, ni tampoco raíces. Siempre sentí que me faltaba algo, así que trabajé duro para ayudar a los demás. Mi camioneta médica móvil era donde estaba mi pasión. Es como me aseguré de que nadie más se sintiera sin esperanza. Pero cuando entraron en mi furgoneta y mi seguridad se vio comprometida, fue un gran oso el que vino a mi rescate.
Oli dijo que yo era suya. Afirmó que era su compañera. Parecía seguro de eso con tan solo mirarme. Fue una locura, pero no pude negar el tirón que sentí por él, la forma en que mi cuerpo ansiaba el suyo. Alejarlo no era una opción, no cuando siempre estaba allí, mirándome y asegurándose de que estuviera protegida. Y fue esa necesidad dentro de mí la que creció y me consumió, la que finalmente me hizo rendirme.
Pronto me di cuenta de que estar unida a un cambiaformas de oso significaba que el seria gruñón, protector, posesivo y que solo querría una cosa.
A mí.
Mil gracias a MMDF!
No la conocía, ni sabía que aspecto tenia, ni dónde estaba, pero sabía que mi compañera estaba ahí fuera. Y fue esa certeza la que me hizo guardarme para ella. Solo para ella. Si no podía entregarme por completo a mi pareja predestinada, ¿qué clase de hombre digno era yo entonces?
Pero quedarme en la ciudad, escondido en lo profundo del bosque, no me acercaría a mi compañera.
Tuve que ir a buscarla.
Tuve que hacerla mía.
India.
Como antigua niña de orfanato, nunca tuve una familia real, ni tampoco raíces. Siempre sentí que me faltaba algo, así que trabajé duro para ayudar a los demás. Mi camioneta médica móvil era donde estaba mi pasión. Es como me aseguré de que nadie más se sintiera sin esperanza. Pero cuando entraron en mi furgoneta y mi seguridad se vio comprometida, fue un gran oso el que vino a mi rescate.
Oli dijo que yo era suya. Afirmó que era su compañera. Parecía seguro de eso con tan solo mirarme. Fue una locura, pero no pude negar el tirón que sentí por él, la forma en que mi cuerpo ansiaba el suyo. Alejarlo no era una opción, no cuando siempre estaba allí, mirándome y asegurándose de que estuviera protegida. Y fue esa necesidad dentro de mí la que creció y me consumió, la que finalmente me hizo rendirme.
Pronto me di cuenta de que estar unida a un cambiaformas de oso significaba que el seria gruñón, protector, posesivo y que solo querría una cosa.
A mí.
Mil gracias a MMDF!
Bearly mated to the grizzly (Bear clan 2) - Jenika Snow
Una vez fui una gran bailarina. Una bailarina de ballet. Pero una lesión acabó con mi carrera, me hizo desear volver atrás en el tiempo y odiar la ciudad y la profesión que había amado desde siempre. Así que decidí alejarme de todo, ir a la mitad de la nada para aclarar mi mente y concentrarme en lo que de verdad era importante. Las cosas iban bien hasta que un oso apareció en mi puerta trasera y trató de entrar. Y cuando empuñé un cuchillo para protegerme me di cuenta de que no era un oso cualquiera, sino un cambiante que decía ser mi compañero.
Maddix.
Fuerte y poderoso, su misma presencia me hizo cuestionarme toda mi existencia. El apareamiento fue rápido, furioso, potente y real. Era todo lo que siempre había querido y todo lo que nunca pensé que llegaría a tener. Todo estaba envuelto en un torbellino, una experiencia lujuriosa.
Pero ¿podría entregarme totalmente a Maddix? ¿Podría realmente dejar la ciudad y la vida que siempre he conocido? ¿Podría hacerlo todo por la promesa del amor de un posesivo y territorial oso que haría lo imposible para hacerme feliz? Porque si había una cosa que Maddix había dejado claro, era que ahora que me había encontrado, nunca me dejaría.
Mil gracias a MMDF!
Maddix.
Fuerte y poderoso, su misma presencia me hizo cuestionarme toda mi existencia. El apareamiento fue rápido, furioso, potente y real. Era todo lo que siempre había querido y todo lo que nunca pensé que llegaría a tener. Todo estaba envuelto en un torbellino, una experiencia lujuriosa.
Pero ¿podría entregarme totalmente a Maddix? ¿Podría realmente dejar la ciudad y la vida que siempre he conocido? ¿Podría hacerlo todo por la promesa del amor de un posesivo y territorial oso que haría lo imposible para hacerme feliz? Porque si había una cosa que Maddix había dejado claro, era que ahora que me había encontrado, nunca me dejaría.
Mil gracias a MMDF!
The bearly controlled grizzly (Bear clan 1) - Jenika Snow
La primera vez que la vi, a mi compañera, había estado listo para patearle el trasero a un tipo por incluso mirarla. No me disculpé por mi lado posesivo y territorial. Al fin y al cabo, yo soy un cambiaformas de oso pardo. Es mi naturaleza estar por encima de todos.
Bethany no sabía qué hacer al principio, pues estaba emparejada con un cambiaformas, uno que era malhumorado y corpulento que no se disculpaba por lo rudo que era en realidad. Pero ella me quería, mi dulce y pequeña compañera humana capaz de poner a una bestia como yo de rodillas con sólo una mirada.
No quería nada más que arrojarla sobre mi hombro y llevarla de vuelta a mi guarida como un hombre de las cavernas. Pero dejé que tomara la iniciativa, aunque mi oso no estuviera contento y el alfa en mí quisiera reclamarla en ese momento. Pero me saldría con la mía. En todas las formas que contaban. La reclamaría, la marcaría, y antes de que todo estuviera dicho y hecho, no habría ninguna duda en la mente de nadie de que Bethany era propiedad de un oso pardo.
Advertencia: Santa Madre, éste héroe está loco por su compañera, pero ¿quién no querría un osito de lo más obsesionado contigo? Ésta historia es dulce, sexy y muy sucia. Por supuesto, con un felices para siempre.
Mil gracias a M!
Bethany no sabía qué hacer al principio, pues estaba emparejada con un cambiaformas, uno que era malhumorado y corpulento que no se disculpaba por lo rudo que era en realidad. Pero ella me quería, mi dulce y pequeña compañera humana capaz de poner a una bestia como yo de rodillas con sólo una mirada.
No quería nada más que arrojarla sobre mi hombro y llevarla de vuelta a mi guarida como un hombre de las cavernas. Pero dejé que tomara la iniciativa, aunque mi oso no estuviera contento y el alfa en mí quisiera reclamarla en ese momento. Pero me saldría con la mía. En todas las formas que contaban. La reclamaría, la marcaría, y antes de que todo estuviera dicho y hecho, no habría ninguna duda en la mente de nadie de que Bethany era propiedad de un oso pardo.
Advertencia: Santa Madre, éste héroe está loco por su compañera, pero ¿quién no querría un osito de lo más obsesionado contigo? Ésta historia es dulce, sexy y muy sucia. Por supuesto, con un felices para siempre.
Mil gracias a M!
Tienen buena pinta,gracias
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